Eurípides dijo: "Quién sabe si la vida no es lo que los hombres llaman muerte y la muerte lo que los hombres llaman vida?.
Me veo a las puertas de la muerte y no quiero partir, pero me ha llegado la hora.
Me despido, aferrándome un poco a las personas amadas y de cuya compañía he disfrutado.
Mis ojos observan por última vez el increíble colorido y belleza que me rodea; mientras me animo las tinieblas me envuelven.
Me precipito por un túnel para salir a una deslumbrante claridad que me ciega.
Manos toscas me manejan. Protesto y una voz exclama: "¡Es una niña, señora!.
"Acaba de dar a la luz una preciosa niña". Así he entrado en lo que llamamos vida
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