
Aunque el insomnio es un problema nocturno hay que tener en cuenta que, casi siempre, es nuestra actividad diurna la que origina la dificultad para conciliar el sueño. Una vida sana durante el día, dará lugar a un descanso profundo y reparador, mientras que por el contrario la tensión, las comidas fuertes o el stress pueden abocarnos a sufrir transtornos del sueño.
No es raro que a una persona excesivamente cansada le cueste dormirse. La tensión acumulada durante el día, el tener que estar siempre brillante y activo, mantiene el cuerpo en un estado nervioso que, posiblemente le impedirá conciliar el sueño.
Uno de los trucos más antiguos para dormir es contar ovejitas. Sin embargo, según las últimas investigaciones esto puede resultar contraproducente ya que todo el proceso significa una actividad: las ovejas saltan y aumentan el número. De esta forma, la mente se expande y activa. Por el contrario se puede probar a contar al revés: es decir, desde un número cualquiera, por ejemplo el 100, descontar hacia abajo 99,98, 97.... Así la mente se replegará poco a poco hacia sí misma.
Las personas propensas a sufrir de insomnio, aunque éste sea temporal, deben evitar las siestas, las cenas fuertes o picantes y los estimulantes de todo tipo: café, té, etc. Otra norma muy importante del humor (desesperandose no se consigue nada) y recordar que las preocupaciones, los disgustos y las alteraciones pueden ser causantes directos de que por la noche la persona sea incapaz de pegar un ojo.
Unos tips que te pueden ayudar:
- Si el día ha sido muy ajetreado conviene aplazar los problemas, discusiones y llamadas telefonicas conflictivas para el día siguiente, pues nos quitarían el sueño.
- Evitar las cenas fuertes y los estimulantes. En cambio se recomienda tomar antes de dormir leche, lechuga, una infusión de tila, o un vaso de vino o de cerveza.
- No acostarse antes de sentir sueño. Para hacer tiempo se pueden escribir los problemas y acontencimientos del día; si se exteriorizan, pierden importancia.
- Utilizar algún ejercicio de relajación, o en su defecto dedicarse a un actividad carente de importancia y, a poder ser, monótona y reiterativa como cepillarse el pelo.
- Si el sueño se resiste, no hay que pensar en que se está perdiendo el sueño. En cambio se pueden recordar escenas agradables o sonidos u objetos entrañables.
- Recuerda que una cama demasiado blanda o dura pueden quitarnos el sueño. Si tienes problemas de columna no queda más remedio que recurrir a una tabla.
- La ropa de dormir es sumamente importante, ha de ser comoda y amplia; fresca en verano y abrigosa en invierno y, sobre todo nada de prendas que sean apretadas.
- Mantener siempre las rutinas a la hora de acostarse: un baño caliente, un vaso de leche templada o una especial colocación de la almohada puede ayudarte a dormir.
- Y por ultimo recuerda que pasar una noche en blanco es siempre muy desagradable: intenta leer, el movimiento de los ojos de un lado a otro, hace que te entre sueño.
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