Dios de amor, que estás en todas partes y en todo momento, derrama el bálsamo de tu consuelo en todos los corazones solitarios.
Ten piedad de aquellos privados del amor humano y de aquellos que nunca lo han tenido.
Sé para ellos un gran consuelo y al final darles la plenitud de la alegría, en el nombre de Jesucristo Tu Hijo y Señor nuestro.
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